La patología del suelo pélvico incluye alteraciones anatómicas y funcionales. Los trastornos anatómicos incluyen el descenso o los prolapsos de alguna de las vísceras pélvicas, de forma aislada o, en muchas ocasiones, combinada y son responsables de síntomas como el estreñimiento, trastornos defecatorios y miccionales, incontinencias fecal y/o urinaria, molestias o dolor pélvico, entre otros.